La transición de dormir en cuna a pasar a cama es un evento importante en la vida de un niño pequeño. Es algo emocionante y especial para él/ella. Aquí les dejo unos puntos importantes a tomar en cuenta si estás pensando en realizar esta transición:
1. ¡No apurar el cambio! Si tu hijo duerme de maravilla en su cuna o corral, no hay premura por hacer el cambio. Este es uno de los errores más comunes que los padres cometen y que suelen perjudicar el sueño de sus niños: pasarlos demasiado pronto a cama/colchón.
2. La mejor edad para hacerlo es pasados los 2 ½ años. Antes de eso, pueden haber un poco más de complicaciones y de múltiples bajadas nocturnas de la cama, creando noches interrumpidas para toda la familia.
3. Muchos padres incluso se apresuran a hacer la transición a temprana edad, pues está próxima la llegada del hermanito menor y necesitan la cuna. Si su hijo aún no cumple los 2.5 años y duerme de maravilla en su corral/cuna, recomiendo buscar otra alternativa para el bebé pequeño por unos meses más: un moisés, una cunita pequeña, o un corral. Y cuando el grande esté listo, pasarlo a cama/colchón y darle la cuna al pequeño.
4. Es mejor que la cama/colchón sea baja, para evitar que haya peligros. Pueden incluso colocar el colchón pegado a la pared, y en el otro lado poner algún tipo de barreras suaves, un sofá o asiento pequeño, los “noodles” de las picinas en los bordes también pueden servir, para evitar que se caiga. Los niños se mueven muchísimo al dormir y es importante evitar que se hagan daño.
5. Hacer de esto un evento importante y que les ilusione. Explicarle que ya es un niño grande y que ya puede dormir en cama. Ir con su hijo a escoger la colcha o cobija, tal vez un muñeco especial para marcar la transición. Involucrarle en los arreglos de la habitación y de la nueva cama.
6. Instaurar una linda rutina antes de ir a dormir. Puede iniciar con un baño o asearse y lavarse los dientes. Luego leer un cuento en su propio cuarto. Pueden crear una “zona de cuentos” en su cuarto con almohadas y peluches en el piso, por ejemplo. Después, acostarse y conversar un rato en voz baja de cómo estuvo su día, o de lo que les gustaría hacer mañana, es una linda forma de terminar la jornada.
7. Crear con él las expectativas de la hora de dormir. Pueden armar un cuadrito con dibujos, para que visualmente él sepa qué se espera de él al acostarse. Puntos simples como: leo un cuento antes de dormir, me quedo en mi cama hasta que salga el sol, me quedo en silencio, etc. Acordar también qué sucede si él se pasa a la noche a la cama de los papás. Como familia deben concertar qué sucede si su hijo decide salir de su cuarto a la mitad de la noche. Si han decidido que cada uno duerme en su cuarto, deben ser consistentes con ello, durante la noche también. De lo contrario, si cada día cambian la expectativa, será un mensaje confuso el que reciba el niño.
8. No hacer cambios junto a otros cambios. Es importante para los niños manejar un solo cambio a la vez. Evitar realizar transiciones cuando estén sucediendo otras cosas en su vida, como entrar a la guardería, enfermedades, el proceso de dejar el pañal, etc.
Si te gustaría más guía para este proceso o estás teniendo dificultad con el sueño de tus hijos, no dudes en contactarme.
Daniela Vásquez
Psicóloga y Consultora de sueño infantil certificada, creadora del Programa Duerme Bebe
www.duermebebe.com