¿Cuántas veces hemos escuchado que es importante tener una rutina para dormir? A veces uno no se detiene a reflexionar sobre este punto. Pero, la verdad es que es de suma importancia el que hagamos siempre una serie de actividades y que creemos el ambiente propicio para ayudar a nuestros hijos a dormir mejor. Una adecuada rutina y ambiente preparará la mente y el cuerpo de nuestros niños para conciliar el sueño.

¿Cuál es la rutina ideal? No existe una receta única ni perfecta. Cada familia debe analizar qué es lo que le resulta mejor. Sin embargo, hay ciertos puntos clave que debemos tener en cuenta:

1)      Bajar las luces: empezar a bajar las luces de la casa o del cuarto alrededor de 15 minutos antes de acostar a nuestros niños ayuda a que el cerebro comience a producir melatonina, la “hormona del sueño”.

2)      ¡No pantallas! Esta sí es una regla de oro. Evita exponer a tus hijos a pantallas (televisión, celular, tablets) 1 hora antes de dormir. Estas emiten luz azul que interfieren con la producción de melatonina y puede alterar el ritmo circadiano. Necesitamos una adecuada producción de esta hormona para conciliar el sueño más fácilmente y mantenernos dormidos durante la noche.

3)      Duración: una rutina adecuada dura alrededor de 30 minutos. Esta no debe ser ni muy corta que no dé señales al cuerpo y mente del niño para prepararse, ni tan larga que el niño pierda la conexión con ir a dormir y se vuelva a activar.

4)      Actividades relajantes: incluye en la rutina de tu hijo actividades que le ayuden a reducir sus niveles de energía y a relajarse. Un baño, escuchar música suave, un masaje, cantar una canción, un cuento, abrazarse, acurrucarse y conversar cómo estuvo el día, son ejemplos de unos buenos pasos que incluir. Por otro lado, juegos muy bruscos, correr por toda la casa, etc. no es buena idea en este momento del día, pues activará a nuestros niños y les tomará más tiempo y esfuerzo “bajar las revoluciones” y dormir. 

5)      Consistencia: no olvides mantener las actividades y el orden de las mismas, así será más fácil para tu bebé comprender y prepararse para dormir. Mantener una rutina constante hará que tus hijos concilien el sueño más rápida y fácilmente. Procura mantener la misma rutina cuando vayas de vacaciones o salgas de viaje. La consistencia crea predictibilidad, y la predictibilidad da seguridad en los niños.

6)      Apoyo visual: con niños más grandes, puedes incluir cuadros con dibujos donde se grafiquen los “pasos” que darán antes de dormir. Esto le ayudará a involucrarse, a saber qué debe hacer y que esté establecida una estructura que hará que la hora de dormir fluya más fácilmente.

7)      Agradable y tranquila: Estos 2 puntos son indispensables. Los momentos para terminar el día deben ser agradables para toda la familia, que lo disfruten tanto los padres como los chiquitos. Antiguamente, los padres recurrían al sonado castigo: “¡Si te portas mal, te vas a dormir!”, creando una connotación totalmente negativa con el hecho de ir a la cama. Debe ser todo lo contrario: que sea un momento de vínculo de la familia para cerrar de una manera tranquila y unida el día. En mi casa, uno de los momentos más lindos del día es la lectura del cuento antes de acostar a mis hijas. Lo disfrutan enormemente.

8)      Participativa: dejar que tus hijos sean protagonistas de la rutina para dormir es importante, especialmente en niños más grandes. Permite a tu hijo escoger un cuento, o elegir una pijama entre pocas opciones. Le gustará tener cierta autonomía de decisión. Interactúa con él en la lectura del cuento o el baño. Conversa con él al final del día, con preguntas sencillas como: “¿Qué fue lo más lindo de tu día?, ¿Qué no te gustó de hoy?, ¿Qué fue lo más divertido que hiciste? ¿Qué te gustaría hacer mañana?”. Crearás confianza para que te cuente sus cosas.

9)      ¡Sin prisas! ¡Disfrútalo! Reserva tu atención completa y tu tiempo para realmente vivir con tus 5 sentidos esos momentos antes de acostar a tu hijo. Seguramente, tu pequeño espera con ansias ese rato de tu atención exclusiva y es parte importante para él. Disfrútalo tú también. Apaga la TV, el celular, sumérgete en esos momentos con tu bebé. Si últimamente la hora de acostar a tu hijo es una batalla, hay llantos, peleas, pierdes la paciencia y no es algo que añoras al terminar el día, te animo a que te lo tomes con calma. Prueba quedarte unos minutos más junto a tu pequeño, mímalo, abrázalo, conversa con él y cuando esté tranquilo puedes salir de la habitación.

10)   Acuéstalo despierto: Por último, es importante que tu hijo esté consciente dónde está al momento de conciliar el sueño. Al acostarlo despierto él podrá ir desarrollando sus propias estrategias para dormir.

Si aún no tienes una adecuada rutina para dormir, pon en práctica estas recomendaciones y ten en cuenta que los cambios toman tiempo. Ten paciencia y acompaña a tu hijo a desarrollar buenos hábitos de sueño. Encuentren juntos una rutina apropiada para hacer del momento de acostarse a dormir una experiencia agradable y tranquila para todos. Mantén la consistencia y asegúrate que tu pequeño comprenda la importancia de dormir bien.